Subida al Volcán de Acatenango

Hace como cinco años subí este volcán, pero el mal clima me impidió llegar a su segunda cima, ya que este cuenta con dos, la segunda es de mas altura accediéndolo por la parte norte.
De que ratos quería quitarme la espinita, y pues previo a semana santa se dio la oportunidad con los amigos de la USAC con los que siempre me aventuro en este tipo de expediciones.
El recorrido desde la aldea la soledad inicio a las 10:45 AM, y pues además de nuestro grupo partieron otros, entre ellos uno numeroso de niños exploradores de un municipio cercano.
Invite a mi hermano para que se apuntara a este viaje ya que se que a el le gusta caminar al igual que a mi y pues nunca había alcanzado la cima de un volcán, desde el principio el se adelanto al grupo y pues tuve que seguirlo de cerca y me aleje un poco de mis amigos.
En el trayecto se observan una cantidad de microclimas, comenzado con los sembradíos de los lugareños sobre un camino arenoso, luego pasando por un pequeño bosque húmedo, para después tener uno mas seguro y finalizar en la parte mas alta con terreno arenoso y con poca vegetación.
El recorrido fue largo, como a las 4:00 PM llegue a la primera cumbre, algo cansado pero con unas cuantas energías resguardadas. Observe que el grupo de niños ya esta en la zona y había mucha mas gente en camino a las segunda cumbre.
Descanse un rato con mi hermano, mientras nos poníamos de acuerdo, en cuanto a seguir a la segunda cima o esperar a nuestro compañeros. Pero vi que ya era tarde y que no tenia ni rastro de los mismos por lo que decidí seguir hasta la siguiente etapa.
El final siempre es el mas complicado en un volcán, porque además que vas agotado, la altura, el viento, el terreno y las bajas temperaturas te ponen mas difícil alcanzar el objetivo, en este caso mas de un factor se presento. Pero mas de 6 horas después, como a eso de las 5:00 PM llegue a la cima del volcán Acatenango, el tercero más alto de Guatemala con 3,975 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Al finalizar el día arme la carpa para dormir, tuve una que otra desagradable sorpresa y uno que otro incidente con ella, pero luego de una larga noche, al amanecer me logre tomar una que otra foto al amanecer lo que hizo que todo el viaje valiera la pena.
El regreso fue toda otra aventura, sobre todo al comenzar la bajada ya que los vientos fuertes que soplaban en la cima nos dificultaban el descenso, pero ya más abajo todo fue tranquilo reencontramos a los que se perdidos y solo un poquito cansados regresamos a casa.