Sunday, August 31, 2014

Quiero regresar a ti

Me acompañaste en mis noches más solitarias,
me guiaste por la obscuridad,
fuiste mi maestro en mi niñez.
Eres mi Padre, nunca me abandonaste,
tu eres leal y amoroso,
me arropaste cuando tuve frío,
me diste de comer cuando tuve hambre,
me alumbraste en la obscuridad,
me protegiste cuando estuve en peligro,
encendiste mi corazón cuando me sentí solo.

Pero a pesar de todo eso, yo te abandone,
me olvide de ti, busque el mundo,
me sentía fuerte, mayor, astuto, inteligente,
ya no te necesitaba.
Podía ir solo, hacer lo que quisiera,
contradecir lo que tu me habías enseñado,
olvidar tu nombre y avergonzarme de ti.

Las noches han sido duras, el suelo es frío,
los golpes son duros, la soledad es cruel,
ningún trago calienta mi cuerpo y mi corazón
como tu palabra. No encuentro el amor
que tu me has dado en ninguna mujer.
Siento miedo de mi sobra, no veo en la claridad.
Me siento débil a pesar de todas mis fuerzas,
me siento tonto a pesar de todos mis conocimientos,
me siento solo a pesar de estar rodeado de mucha gente,
me siento triste a pesar de vivir en fiesta.

¿Qué hace falta? Tú, mi columna, me he olvidado que estas ahí,
nunca me has abandonado, solo soy yo el que
no se da cuenta que tú me sostienes.
Regreso Padre a ti, porque no existe mayor alegría
que sentir tu calor en mi corazón.
Regreso a ti Padre, como el hijo prodigo que soy,
Regreso a ti Padre y cuando me acerco a ti,
solo encuentro gozo, ni un solo reproche,
solo fiesta.

No me quiero avergonzar de nuevo de mencionar tu nombre.
No me quiero olvidar de ti otra vez.
No quiero abandonar el camino que tu has marcado para mí.
No quiero dejar de practicar tus enseñanzas.