Marcos

Un solo grito ardiendo
las manos tendidas al viento
empuñando la cercana al pecho
replican con el derecho.
El derecho de ser pueblo,
el que otorga al compañero
alzar la voz.

Como vos, como él, como aquel
que tuvieron un ayer
donde solo el tecolote canto.
Y al que el río se llevo
porque donde el cucu canta,
a todos nos espanta.

Pero cuando los chiquirines lloran
la tranquilidad en mi cama llega
aunque esta sea sonora.
Por eso hoy que caminamos
y los puños levantamos
aunque sea por tristeza, siempre
existe la esperanza.

Hoy compañero has partido
pero agradezco que al frente
siempre has ido.
Con la voz que tranquiliza,
como la del viento que a la distancia
frena la del ruidoso río.